malasia: Ruta

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Las carreteras son muy buenas, en general, con arcén casi siempre. De Kuantan a KL la carretera empeora un poco porque la mitad del trayecto aproximadamente discurre sin arcén y tráfico pesado.
Llega un punto que te obligan a coger una autopista que te llevará por 100 km a KL. No es agradable por el tráfico y porque desaparecen los puntos de habituallamiento, obligándote a salirte de la autopista para comer o beber. El extrarradio de KL es una locura laberíntica de vías aunque hay algunas que tienen un carril especial para bicis y motos que hacen que sea más relajado.

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A falta de templos budistas y malayos hospitalarios las casas en construcción han sido en Malasia mis mejores hoteles. Las prefiero con el tejado ya terminado y a poder ser a medio construir por el hecho de que tienen toma de agua para que se laven los currelas y de paso los humildes ciclistas. Pero no hago ascos a los chalets a punto de ser acabados. Una noche tuve la suerte y el placer de encontrar uno sin cerrar con llave y pude dormir en la cocina, eso si no había agua así que tuve que lavarme en una estación de servicio cercana. Siempre podré decir que yo estrené el chalet... A partir de las 6 de la tarde no qued un currela y entran a trabajar a las 8, para el que le interese. Ah! Muchas construcciones, si son grandes urbanizaciones,los obreros, inmigrantes la mayoría, duermen ahí, en casetas. Yo prefería siempre estar solo, a mi bola.

Los ingleses lo tenían todo en las Cameron Highlands: su jodido té, una temperatura agradable y un paisaje bucólico. No eran tontos. Lo cierto es que al estar entre 1300 y 1800 metros de altura ponerse un jersey o dormir con mantita es algo muy placentero en un país en el que te achicharras como un pollo asado. Y la verdad es que el paisaje no deja indiferente a nadie, además se come bien o sea, puedo afirmar sin temor a equivocarme que es la parte de Malasia que más me ha gustado. Pero prefiero el café, I´m sorry.

El durian es una fruta de alto valor alimeticio que es como la India, o se adora o se odia. Y como me pasa a mi con la India, yo la odio. Y como ocurre también con el país de Boliwood no soy el único. El durian tiene dos cosas que me disgustan: su sabor a vomitona (no exagero) y su olor a camión de la basura. No se puede imaginar el estimado lector lo que es ciclar por una recta con esta fruta a ambos lados de la carretera. Es como pasar por un vertedero. Y tal es así que en muchos locales incluso prohiben la entrada de esta fruta, como se puede observar en la foto...para los más incrédulos...

La ciudad fantasma de Melaka

Mestizaje en Melaka

Por su posición estratégica Melaka ha cambiado de manos varias veces a lo largo de la historia. Indonesios, chinos, portugueses, holandeses e ingleses. Todos buscando lo mismo. Lo cierto es que eso trajo un mestizaje interesante entre chinos y malayos (los Baba Nonya), entre indios y malayos (los Chittis), y entre asiáticos y portugueses calientes que por ser fruto de noches clandestinas no tienen nombre. Los holandeses y los ingleses, nórdicos y por tanto más fríos, supieron calmar sus bajos instintos de otra manera.

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